ROL DEL DOCENTE TECNOLÓGICO EN LAS ACTIVIDADES DE EXPRESIÓN PLÁSTICA.
Las actividades de expresión plástica, supone el dominio de
conceptos y de procesos relacionados con la línea, el color, la superficie, el
volumen y la textura de los materiales. Es preciso también proporcionar al
alumno y la alumna las soluciones de espacio, los procesos básicos de
observación y lectura de la imagen, con sus correspondientes estrategias.
En esta perspectiva, se abre de una forma sorprendente un campo
de posibilidades para integrar la tecnología de la información y la
comunicación en el área de la expresión plástica, como agente de innovación en
el campo educativo y de satisfacción en la capacidad personal de la creatividad
de los jóvenes al participar en la misma.
Actualmente, la tecnología está siendo utilizada para diversos
propósitos educativos, se observa de manera creciente que las instituciones
escolares disponen a los docentes y los
estudiantes variados recursos de estas tecnologías, acompañado de la formación para su uso en el aula.
Por su parte, los docentes son las
personas encargadas de facilitar y promover las experiencias y el desarrollo de
las habilidades cognitivas del alumnado aplicando diferentes estrategias para
lograrlo, de acuerdo a lo antes expuesto y en relación con la expresión
plástica, se hace referencia al importante papel que cumplen dentro del
ambiente de aprendizaje.
El cual se enfoca principalmente en
estar preparados para asumir la tarea de educar a las nuevas generaciones, y
ello implica, no sólo la responsabilidad de transmitir conocimientos básicos
para el el alumno y la alumna, sino también el compromiso de afianzar en ellos
valores y actitudes necesarios para que puedan vivir y desarrollar sus
potencialidades plenamente, mejorar su calidad de vida, tomar decisiones
fundamentales y continuar aprendiendo.
Cabe destacar, según
Egea y García, (2007), el uso de las TIC en la escuela implica una serie de cambios conceptuales y culturales, ya que,
del docente como único proveedor de la enseñanza se pasa a la participación más
activa del alumnado; de las clases presenciales, normalmente basadas en el
discurso con apoyo audiovisual, a la publicación de páginas web; de la
presentación lineal del material docente al hipertexto; de un currículo
estructurado a uno emergente, a veces improvisado; de la adquisición de
conocimiento de segunda mano al manejo más directo de la información.
Basandose en esto, el docente mediante
el uso de las TIC, motivará al alumnado a que se interese por actividades
innovadoras y despertar su curiosidad por ellas. De esta forma, cooperará con
él en su aprendizaje, sin ser dirigista,
sin sustituirle en aquellas acciones que él mismo pueda realizar y estará
atento sin intervenir con precipitación,
aunque procurará ayudarle siempre que lo necesite.